DESTRUCCION DEL PATRIMONIO CULTURAL
Nuestro Patrimonio Cultural se destruye, directa e indirectamente, por la acción humana.
El más claro ejemplo de la destrucción directa es la Huaquería, que es el saqueo y la destrucción de sitios arqueológicos e históricos, removiendo la tierra y eliminando vestigios, en búsqueda de
'objetos artísticos' o tesoros, borrando los contextos y las asociaciones, sin tomarse en cuenta lo que se está perdiendo.
El primer eslabón de esta cadena delictiva son, casi en un noventa y nueve por ciento (99 %), los campesinos y otras personas empobrecidas, que se ven obligados a huaquear y vender lo obtenido
ilícitamente para sobrevivir, que no lo harían si es que no existieran los compradores o intermediarios de los mismos ; luego estos compradores venden, a un precio alto lo que pagaron una
miseria, a los coleccionistas (por lo general privados), y estas se quedan con los objetos o los revenden a un precio mucho más alto las piezas que no son de su interés.
Pero al mismo tiempo existen bandas organizadas que roban en todo el territorio nacional.
Parte de este delito contra el Patrimonio Cultural de la Nación también son los saqueos sistemáticos de templos católicos coloniales y republicanos, así como casas de las mismas épocas; estos
robos son 'a pedido' de un cliente que pudo haber visto la pieza en el mismo sitio, o a través de un catálogo de exhibición, o por lo general son bandas, muy bien organizadas, que roban para
tener en reserva objetos para luego ofrecerlos a posibles compradores.
Estas bandas son parte de una gran organización, mucho más amplia y solapada (por lo tanto más horrible y
tenebrosa) que las conocidas como Garduña, Maffia o Camorra ; es mucho más amplia pues cubre todos los niveles de una sociedad ya que pueden implicar desde un simple campesino, autoridades
(militares, policiales y judiciales que se hayan corrompido), abogados con deseos de rápidos ingresos extras, algunos diplomáticos (que deben velar por el Patrimonio también) que no cumplen con
sus labores tanto en el país como en el extranjero, así como autoridades gubernamentales. Esta red tiene sus conexiones con diversas casas de remate como la Sotheby's, y en diversos países que no
han firmado ningún convenio ni tratado internacional de protección como es la Confederación Suiza, donde llegan clandestinamente estos bienes, para luego salir de ahí, con certificado de
exportación de ese país (y de hecho que ya no el de origen) a otros países, y finalmente pueden hacer llegar las piezas a los coleccionistas, que supuestamente los adquieren inocentemente, a
veces hasta en los países que han firmado convenios internacionales de protección cultural14.
Ahora también sufren las colecciones científicas15 de los museos que tienen apoyo estatal, en desmedro de colecciones particulares, e igualmente son, en su mayoría, parte de robos planificados
por parte de saqueadores.
La otra forma en que se destruye el Patrimonio Cultural es, como dijimos, indirectamente, como cuando por descuido se destruye por falta de planificación y de consulta profesional (arqueológica),
se afecta un monumento arqueológico, o se edifica una presa en una quebrada sin tomarse el trabajo de verificar la existencia de sitios arqueológicos, o cuando por falta de limpieza de canales o
de los cauces de los ríos, estos se desbordan afectando sitios arqueológicos e históricos ; o sino cuando se destruyen sitios históricos y arqueológicos con la expansión urbana en vez de
incorporarlas al paisaje urbano como elementos de nuestra historia y como centros públicos de atracción; o de la forma más inocente cuando los colegios (sobre todo de provincias) organizan
excursiones en la campiña y recogen y expulgan la zona para sus museos escolares, o no tan inocente cuando grupos de estudiantes de medicina destruyen cementerios con el afán de apoderarse de
cadáveres con el fin de sus prácticas de anatomía.
¿Qué pasa si se destruye el Patrimonio Cultural ?
El Patrimonio Cultural es la memoria colectiva de un pueblo. Si nosotros equiparamos a un pueblo o nación como un ser humano veremos que el país es el cuerpo y el Patrimonio Cultural es parte del cerebro, es la memoria consciente, que permite realizar acciones al cuerpo, de forma racional de acuerdo a los estímulos (retos) y sus interrelaciones mutuas con el medio. Ahora imaginense qué podría pasar con una persona que pierde poco a poco la memoria y las células nerviosas (que al igual que el Patrimonio Cultural es un recurso no renovable) que conforman su cerebro. Al principio no podrá recordar el pasado (historia) y después perderá el sentido del presente al no poder identificarse y las coordinaciones de su cuerpo, ni a que se dedicaba en la vida cotidiana, al llegar a este estado,que de por sí es irreversible, pasará que no recordará quien era, ni quien es, y perderá toda su identidad y posibilidad de tener un futuro coherente, además habrá perdido toda conciencia y gobernabilidad (toma de decisiones) de su cuerpo, quedando en estado vegetal.
En otras palabras, si nosotros perdemos nuestro Patrimonio Cultural (nuestra memoria colectiva) no sólo perderemos nuestra Identidad Nacional, sino que también perderemos nuestro futuro como
Nación.
¿Y cómo podemos proteger nuestro Patrimonio Cultural ?
El Patrimonio Cultural podemos protegerlo de diversas maneras.
La primera es difundir de su existencia a toda la comunidad, el conocimiento y la comprensión del Patrimonio Cultural ; esta difusión es el mejor seguro que pueda tener, pues mientras más
entienda la gente que es parte de su historia y que de ella se puede forjar muchas cosas, entre ellas, el Desarrollo y la Identidad Nacional.
Una buena manera de difundir el valor del Patrimonio Cultural es trabajando, sobre todo, con los más niños a través de una política organizada, o por lo menos dirigida, por el Ministerio de
Educación o su equivalente estatal; ¿Por qué los niños y por qué el Estado?, porque los niños tienen menos prejuicios y es más fácil que aprendan a querer su Patrimonio, además que ellos son el
Futuro, y el Estado debe de cumplir con una política organizada alrededor del progreso del pueblo, parte de esta política es tener un plan de instrucción pública a corto, mediano y largo plazo, y
que además tiene el deber irrenunciable de proteger y administrar lo que pertenece a la Nación.
Los inmuebles arqueológicos e históricos pueden convertirse, sin perder su función y estructura, en focos de desarrollo económico de la comunidad que exista alrededor, por ejemplo por medio del
turismo se pueden crear comercios como son: la venta de recuerdos, transportes especiales y garantizados, restaurantes con comidas típicas y servicios de guías especializados. Además esta
comunidad puede apoyar en la construcción de museos de sitios con ambientes para investigación que redundaría en beneficio de todos.
Se pueden proteger los bienes muebles de la nación haciendo réplicas de los originales (para evitar la venta de estos últimos) a todo aquel que lo desee ; estas piezas replicantes deben
tener un sello y códigos16 especiales identificatorios que solo lo deben autorizar los organismos dedicados a la protección del patrimonio.
Para proteger al Patrimonio Mueble e Inmueble se deben crear instituciones autónomas con fondos independientes y lo menos burocráticos posibles, con gente profesional y de amplio criterio y
acción.
Las legislaciones, en todos los fueros internos, de nuestros países deben reflejar el firme compromiso de proteger el Patrimonio Cultural, no de forma ligera ni contradictoria que sólo favorecen
la desaparición de los objetos, sino también la pérdida de los datos, además todos estos códigos deben ser claros, precisos, tipificando los delitos y con penas punitivas, en especial a los
contumaces y autoridades corrompidas. Los gobiernos locales y centrales tienen que ser los primeros abanderados de las reformas que se den en beneficio del Patrimonio Cultural, pues ellos son los
representantes de las comunidades y de la Nación.
Por otro lado los gobiernos, a través de sus cancillerías y embajadas, deben de promover y firmar convenios internacionales de protección del Patrimonio Cultural ; estos necesariamente deben
ser efectivos y coherente, y de ser posible reconocidos, aprobados y difundidos por la Organización de las Naciones Unidas.
Con estas propuestas y otras que ustedes pueden crear, podremos defender, el Patrimonio Cultural de nuestros pueblos, y al mismo tiempo difundirlo sin mellar su integridad, y sobre todo forjar
identidades históricas nacionales como medios de unión y no de rencillas que desangran nuestras patrias con absurdos patrioterismos